"Hay un lugar tan especial donde yo quisiera estar"

La última polémica multimedia ha sido el video de la última canción de Chino y Nacho, "Me voy enamorando", con protagonistas y locaciones no muy comunes para el dúo y en general para el género romántico del pop-urbano.



Es necesario rescatar que al igual que se ha criticado este video (injustamente, a mí parecer), lo mismo sucedió de parte de personas y posiciones distintas cuando Banesco sacó un video sobre la solidaridad venezolana.




La razón de la incongruencia de que unos critiquen uno y avalen otro, y viceversa, está en que la gente dice estar cansada del odio y la confrontación pero no dan el paso para romper con esa atadura y hacen el comentario como una crítica a otro grupo pero no por la expresión de un sentimiento y un pensamiento real ni como exposición de un anhelo real que en gran medida quieren los venezolanos.

Desde una perspectiva surgen ciertas interrogantes: ¿Es que sólo el Presidente Chávez era el único "digno" de abrazar al enfermo o al desprotegido? ¿Es que nadie más es humano y tiene la opción y la disposición de hacer algo distinto a menos que esté con el Gobierno?
Desde una perspectiva opuesta surgen interrogantes similares: ¿Es que  sólo la empresa privada puede mostrarse como bienintencionada? ¿Acaso todo lo que haga el Gobierno, o privados con buenas relaciones con el Estado, debe ser considerado como propagandista, con intereses oscuros, o negativo?

La respuesta a todas las interrogantes anteriores es NO. No se puede permitir que se secuestre el derecho a ser gentil, a hacer las cosas por tener un gesto de afecto con el prójimo, muchas personas tienen en su piel un aspecto muy venezolano: ser auténtico y espontáneo. Lo importante es que hay iniciativas así, que intentan rescatar los valores de solidaridad, de inocencia, de rescatar espacios sumidos en el rechazo (de algunos), en fin, de mostrar otra cara ante tanto conflicto y tanta confrontación.

Como dice la canción: "Hay un lugar tan especial donde yo quisiera estar" y es esa Venezuela sin rencores, donde se trabaje por el bien de todos, no por el bien de los que están bien, no por pasar facturas. Debe rescatarse la Venezuela de las sonrisas sin distingos, de los abrazos entre distintos, la Venezuela que siempre "echa una mano" sin pensar a quien. Yo me quedo con todas las iniciativas por igual, públicas o privadas, que busquen mostrar y promover una Venezuela menos hostil.

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