¿A quién corresponde la seguridad en las universidades?

Revisando la vigente Ley de Universidades (1970) por unas cuestiones estudiantiles me topé con el artículo que define la inviolabilidad del recinto universitario, tema que anda muy de moda en estos días.

Decidí darme un tiempo para leerlo y comprenderlo más a fondo.

Artículo 7.- El recinto de las Universidades es inviolable. Su vigilancia y el mantenimiento del orden son de la competencia y responsabilidad de las autoridades universitarias; no podrá ser allanado sino para impedir la consumación de un delito o para cumplir las decisiones de los Tribunales de Justicia.

Se entiende por recinto universitario el espacio precisamente delimitado y previamente destinado a la realización de funciones docentes, de investigación, académicas, de extensión o administrativas, propias de la institución.

Corresponde a las autoridades nacionales y locales la vigilancia de las avenidas,calles y otros sitios abiertos al libre acceso y circulación, y la protección y seguridad de los edificios y construcciones situados dentro de las áreas donde funcionen las universidades, y las demás medidas que fueren necesarias a los fines de salvaguardar y garantizar el orden público y la seguridad de las personas y de los bienes, aun cuando éstos formen parte del patrimonio de la Universidad.

Para poder comprender el artículo, necesariamente debemos comprender a qué nos referimos cuando hablamos de "recinto universitario", y el propio artículo nos lo define:

"Se entiende por recinto universitario el espacio precisamente delimitado y previamente destinado a la realización de funciones docentes, de investigación, académicas, de extensión o administrativas, propias de la institución."

El artículo nos dice que lo referente a la vigilancia y el orden interno es "de la competencia y responsabilidad de las autoridades universitarias", podríamos decir que los argumentos que presenta el gobierno al decir que la seguridad dentro de las universidades no les corresponde no es del todo fuera de lugar. Sin embargo, más adelante, el tercer párrafo del artículo también responsabiliza de la seguridad interna a las autoridades nacionales, regionales y/o locales y sus cuerpos de seguridad; por lo que este argumento pierde fuerza.

En este punto nos encontramos con una pequeña paradoja que es la que ocasiona los dimes y diretes entre autoridades universitarias y el Ministerio de Interior y Justicia: a partir de algún momento se toma por recinto universitario inviolable todo el espacio físico que corresponde la universidad, es decir, no sólo sus edificaciones sino también sus espacios públicos, su vialidad interna, etc. En otras palabras, se maneja como espacio inviolable todo aquello que está puertas adentro de la universidad y por tanto de allí no puede pasar ningún funcionario policial sin previa autorización. Me surgen algunas interrogantes:
¿Ésto no contradice ese último párrafo del artículo 7mo de la Ley de Universidades?
¿Podríamos estar parados frente al posible origen de este limbo de responsabilidades que sería más antiguo y que correspondería a una falta de precisión o a un proceso que fue desvirtuando en el tiempo este artículo desde que fue promulgado y no a simples posiciones políticas de las partes?
¿Estaría ésto contribuyendo a que muchos delincuentes se aprovechen para escudarse dentro del recinto universitario haciendo que la impunidad del hampa sea todavía más escandalosa que la que ya se vive en las calles de Caracas y del país al ser más "sencillo" cometer delitos intramuros?

Ciertamente no soy abogado -admito que incluso no comprendo bien el alcance de esa sentencia-, son algunas ideas que vinieron a mi mente luego de detenerme en este artículo y que quise compartir.

Qué interesante sería ver que autoridades universitarias y representantes del Ejecutivo Nacional se pusieran a discutir al respecto y llegar a puntos de encuentro en el tema. Sería más productivo y, con seguridad, de mayor aporte a la situación de inseguridad dentro de la Ciudad Universitaria de Caracas que estar jugando al ping-pong con la responsabilidad en cada uno de los hechos delictivos y violentos dentro del Alma Mater.